Emigrar con niños: Asimilando la decisión con nuestros hijos

Hemos decidido emigrar a otro país. Se dice y escribe rápido, pero fue algo que evaluamos por al menos cuatro años. Empezamos a pensarlo cuando nuestra hija tenía un año y poco a poco nos convencimos de que esta decisión será favorable para su futuro. 

Entre papeleos, colas, el trabajo y la rutina, un día nos sorprendió la comunicación de aceptación de nuestra solicitud. Aunque hasta la fecha no le habíamos confirmado a nuestra pequeña la decisión de "mudarnos de casa" ya habíamos empezado a involucrarla de forma tal que pudiera ir "asimilando la noticia" y paralelamente nos íbamos preparando para la avalancha de preguntas.

No en vano me describen como una "mamá que explica mucho" y en esta oportunidad esta característica me ayudó a entablar conversaciones de forma natural con mi hija, en un lenguaje sencillo para mostrarle todo sobre nuestro nuevo hogar: la geografía, las estaciones, los parques, las escuelas y formas de entretenimiento con las que va a contar. Internet ha sido un gran aliado, tanto para responder sus inquietudes como para establecer contacto con nuestros amigos y que otros niños respondan directamente sus dudas. 

Antes de confirmarle que nos íbamos, le pregunté varias veces: ¿Te gustaría vivir en este país? ¿Por qué?... de esta forma empecé a conocer sus razones y temores. Hemos tenido "días de días", en algunos mi hija se siente feliz porque vivirá en un país donde podrá a "jugar con la nieve", pero en otros llora espontáneamente al darse cuenta que extrañará muchas cosas y personas. En ningún momento he subestimado sus sentimientos, con mucha paciencia la he acompañado, identificándolos y tratando de entenderlos, pero sobre todo dándole alternativas para ayudarla a enfrentar el proceso. Confieso que hay momentos en los que me he quedado sin respuestas, pero hemos hallado la comprensión y el consuelo en un abrazo o un "no te preocupes, aquí están mamá y papá, verás que todo nos va a salir bien".

Yo nunca he emigrado, pero mi intuición me dice que la clave es propiciar espacios en los que como familia podamos manifestarnos. Empezarlo a hacer con tiempo, me ha dado la oportunidad de ganar más seguridad y transmitirla a mi hija. También de demostrarle que "mamá también tiene miedo", pero también la certeza de que "juntos saldremos adelante".